Una concepción comúnmente aceptada en el imaginario colectivo, considera a los horticultores como aquellas personas que se dedican a la producción de hortalizas y verduras, pero, desde una perspectiva más general se incluye a las personas que trabajan en la propagación, producción de abonos, ingeniería genética, bioquímica y fisiología de las plantas, mejora de cosechas, almacenaje, procesado, y transporte de frutas, bayas, frutos secos, verduras, flores, árboles, arbustos y césped. Es por ello que esta nueva concepción del término horticultor involucra a un mayor número de personas, oficios y profesiones, y es precisamente a ellos a quienes se pretende brindar homenaje y reconocimiento.
Para entender la importancia del horticultor y la horticultura, basta recordar que esta actividad nace con el comienzo de la agricultura hace 13.000 años, permitiendo en este período el cambio de hábito del hombre de nómade a sedentario junto a la domesticación del ganado y plantas. Estos primeros asentamientos fueron sobres tierras fértiles que garantizaron buenas producciones de alimentos y con ello el aumento poblacional. Esto permitió asegurar la subsistencia y generar excedentes que eran comercializados. De esta forma la sociedad fue tomando la forma que hoy conocemos (especialización del trabajo, el comercio, estructuras sociales, etc.). Asimismo, la domesticación de nuevas especies, la selección e incorporación a la dieta y el descubrimiento de las propiedades medicinales de algunas plantas le permitieron al hombre mejorar su esperanza de vida, expectativas y, en términos generales, mejorar la calidad de vida.
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